Los poemas del barroco son todos aquellos que fueron escritos en el periodo que inició a finales del siglo XVI, y culminó en el siglo XVII, una época maravillosa, ya que desafió el renacimiento en todo sentido.
El día de hoy conoceremos quiénes fueron las mentes con más renombre en el campo de la poesía, ya que sus obras al día de hoy se mantienen tan frescas, que es imposible no sentirse identificado con ellas.
Contenidos
¿Cuáles son los mejores poemas del barroco?
Siendo objetivos, no podemos decir cuál es el mejor poema del barroco, ya que todos son preciosos por igual, de hecho, el valor que vayas a darle dependerá de la interpretación que quieras hacer o el significado que vaya a tener en tu vida.
Eso no significa que no puedan agruparse, ya que la mejor forma de hacer esta lista es mencionando primeramente a su escritor, sumado a qué textos fueron más conocidos sobre otros.
Lope de la Vega (1562 -1635)
Al hablar de Lope de la Vega Carpio, nos referimos a uno de los poetas más importantes del Siglo de Oro español, sus obras son patrimonio de la literatura universal. Nació en Madrid el 25 de noviembre de 1562 y falleció el 27 de agosto de 1635 en su ciudad natal.
Escribió más de 3.000 sonetos, 3 novelas, 9 epopeyas, 3 poemas didácticos y cientos de comedias, esto sin dejar de lado que tuvo una intensa rivalidad con Miguel de Cervantes, otro literario de muchísimo renombre en la historia. Aquí te dejamos algunas de sus obras más significativas.
Cuando imagino mis breves días
Aquí tenemos uno de los miles de sonetos que escribió Lope de Vega, dónde nos habla del amor, aquello que todos experimentamos alguna vez en la vida. Pero no desde el punto de vista romántico, sino en su defecto, decepcionado.
Agotado, ya que la vida le brindó ciertas alegrías que al momento parecen falsas, dónde el deseo fue superior a la razón, que necesita alguna forma de olvidar ese dolor. Es fácil identificarse en este texto, porque todos alguna vez hemos sufrido con esta experiencia.
Ir y quedarse
Aquí hablamos del ciclo de la vida, pero no el nacer, crecer, reproducirse y morir, sino desde otro punto de vista. Todos hemos conocido personas, lo más doloroso es despedirse de ellas. Es un ciclo sin fin, es aquello que da frescura a nuestra vida.
El conocer a alguien a veces es complicado, pero a su vez maravilloso e interesante, ese ciclo sin fin de encariñarte, lograr la cercanía, conseguir intimidades y luego darle un final, es doloroso, pero aprender a sobrellevarlo es parte de la experiencia de la vida.
Yo me muero de amor
Lope de Vega deja muy en claro que es uno de los mejores exponentes de los poemas del barroco con este texto, ya que su significado es muy claro. El deseo de ser amado, pero no por cualquiera persona, sino por aquella que le hace latir el corazón con fuerza.
Es un tipo de deseo único, en realidad se puede considerar una necesidad, ya que todos nos esforzamos por lograr ser amados por aquella persona que anhelamos en nuestra vida. Claro, el no conseguir esa respuesta, es un dolor similar a la muerte.
William Shakespeare (1564-1616)
Para muchos el escritor más importante de todos los tiempos, aunque si no estás de acuerdo, al menos se le puede considerar como el dramaturgo más famoso en la lengua inglesa. Nació el 23 de abril de 1564 en la ciudad de Warwickshire y falleció el 3 de mayo de 1616 en su ciudad natal.
Shakespeare escribió muchísimas obras de teatro, algunas tan famosas como Romeo y Julieta, Hamlet, entre otras, esto sin dejar de lado sus más de 150 sonetos y, por supuesto, una gran cantidad de poemas del movimiento barroco que te vamos a mencionar ahora mismo.
Las horas que gentiles compusieron
Una realidad innegable es que el tiempo se hace notar en todos, nuestro aspecto deteriora, la belleza física es efímera, son momentos que podemos gozar, o en su defecto, otros podrán apreciar, pero ¿De qué sirve una cara bonita en el proceso de la vejez? absolutamente para nada.
La verdadera muerte recae en el olvido, así que lo más importante que debemos cultivar es nuestra esencia, memoria, ya que si nuestras ideas se mantienen frescas, relevantes y apreciadas por terceros, jamás envejeceremos, aunque físicamente ya no estemos. Si quieres analizar el tema del tiempo desde un punto de vista profesional, te recomiendo que leas el top de los mejores Libros de psicología.
Cuando haya muerto, llórame solo
Nuevamente Shakespeare nos habla del amor, pero para ser precisos, de la hora en que nuestro ser querido deja el plano terrenal. Esto es doloroso sin duda alguna, pero aquí el dramaturgo inglés deja en claro un deseo en concreto.
No quiere que su muerte cause dolor a su amada, ya que este tipo de sufrimiento tarda muchísimo en superarse, prefiere ser olvidado a que su recuerdo sea un pesar que no deje a su ser querido vivir.
Derrochador de encanto
Aquí Shakespeare habla de que la vida es corta, efímera y en otras palabras no es necesario esforzarse tanto en el físico, ya que el culto a nuestro cuerpo, imagen o apariencia de manera excesiva, nos convierte en un esclavo en totalidad.
Por eso hay que pensar, ¿De qué vale la pena tanta vanidad? Si al final, en el justo momento que estemos en nuestra tumba, sólo seremos huesos o quizá polvo. Hay mejores características que podemos cultivar y que podrán ser eternas.
Miguel de Cervantes (1547 – 1616)
Se conoce como la máxima figura de la literatura española, además su obra más conocida fue El Quijote, también catalogada como uno de los mejores libros de la historia, además es el segundo texto con más ediciones y traducciones solo superado por la Biblia, es decir uno de los Libros más vendidos de la historia.
Escritor de novelas, sonetos, amante del teatro y por supuesto cuenta con una gran cantidad de ejemplos de poemas del barroco de magna calidad. Nació en la ciudad de Alcalá de Henares un 29 de septiembre de 1547 y falleció el 23 de abril de 1616 en Madrid.
Busco en la muerte la vida
Aquí hablamos de un poema que se encuentra en la obra de Don Quijote, para ser precisos, se lo recitan al personaje de Anselmo, él descuida y deja de lado a su esposa Camila.
El texto trata de la búsqueda de lo imposible en sus opuestos directos, esto nos da como resultado que vamos a perder lo que sí somos capaces de obtener, dando a entender que debemos esforzarnos en valorar lo que tenemos ya que una vez se va, jamás se recuperará.
Cuando Preciosa el Panderete toca
Miguel de Cervantes al igual que otros dramaturgos de la época, adora hablar del amor, ya que es el sentimiento más humano que poseemos, pero a su vez aquel que más distorsiona la realidad. Es que al enamorarnos perdemos percepción de todo a nuestro alrededor.
Cuando miras como ojos de amor a alguien, todo parece perfecto, maravilloso, único y sin igual. Ya que la forma en la cual endiosamos a nuestra amada, da como resultado que hasta algo tan simple como tocar el panderete pase a ser un acto divino. Este es uno de los mejores ejemplos de poemas del barroco sin duda alguna.
Ovillejos
Volvemos a hablar del tema del amor, en este caso, para ser precisos, de los dolores que causa este sentimiento, la forma en cual se supera, se olvida y sana. Es probable sentirse identificado con Cervantes si al leer este poema del barroco te encuentras en una situación similar.
John Milton (1608-1674)
John Milton es otro maestro en los poemas del barroco, además de escritor de ensayos y una figura política importante en su época, ya que fue ministro de lenguas extranjeras y ayudó en la redacción de la constitución de los Estados Unidos de América.
Considerado por muchos como una figura a la par de Shakespeare, debido a que sus poemas del barroco cortos son hermosos. Nació en la ciudad de Londres el 9 de diciembre de 1608 y falleció allí mismo el 8 de noviembre de 1674.
El rostro vi de mi difunta esposa
La pérdida de un ser querido es un hecho doloroso, aquí Milton lo deja en claro, son sentimientos fuertes, adjetivos que jamás usamos llegan a nuestra mente en dicha situación. La queremos de vuelta sin duda alguna, anhelamos que esté con nosotros.
Por la triste realidad de que una vez deja el plano terrenal, no podemos estar con ella otra vez, entonces nace el deseo y la añoranza de que vuelva a nuestra vida y así seguir a su lado. En resumen: un texto de magnífica calidad.
Cuando pienso cómo mi luz se agota
John Milton sufrió de ceguera a causa del glaucoma, esto lo llevó a una crisis existencial además de espiritual, por eso escribe este texto, en el que se pregunta y responde así mismo, algo clásico de los poemas del barroco.
En otras palabras, comprende que las palabras de Dios son perfectas, ese es el destino que nos toca, pero una vez aceptamos la condición en la que nos encontramos, el dolor es menos.
Giambattista Marino (1569-1625)
Para muchos el autor más importante del barroco italiano, nació en la ciudad de Nápoles un 18 de octubre de 1569, falleció en la misma localidad un 26 de marzo del 1625. Además, fundador del estilo conocido como «Marinismo» que se caracteriza por el uso excesivo y extravagante de conceptos.
En Italia no fue el más valorado, pero en países como Francia, Inglaterra, España, Portugal y Alemania, era admirado por figuras relevantes, como Lope de la Vega, John Milton, entre otros, uno de sus poemas más aclamados es «Ojos».
Ojos
Los ojos son un factor importante a la hora de hablar con alguien, poco se habla de ello, nos fijamos en el físico, sus expresiones, pero raramente en sus luceros.
La realidad es que cuando observamos a la persona amada directamente a sus ojos, llegamos a una fuerza, una confianza, única y sin igual, el temor se acaba, porque en esa mirada está todo lo que vamos a necesitar en nuestra vida.